Nos sumamos en esta movida loca y espiritual que es el mundo de la exposición y la constante necesidad de expresarse y mostrar aquello que en la VIDA REAL resultaría demasiado bizarro para los demás. Espero entiendan que sobrevivir en este universo disfuncional que no podemos comprender en lo absoluto nos ha llevado a adoptar esta vida cargada de locura y trastornos que aunque a nuestros ojos todo forma parte de un extenso melodrama, para el resto, puede interpretarse como una extraña fusión entre lo cómico y lo patético.

No es recomendable para gente con prejuicios, y aún menos, para aquellos que ya se reconciliaron con si mismos y pudieron ordenar sus pensamientos.

24 ene 2010

Lo que no fue de un sábado por la noche

En otro desesperado intento por hacer algo de nuestras vidas en estas vacaciones, decidimos juntarnos una vez más para disfrutar de nuestra compañía.
Nos reunimos temprano, 6 PM, a 3 horas de habernos despertado, 36º de sensación térmica, los pelos al no viento, plena calle corrientes. Nos encontramos con un panorama bastante distinto al que hubiesemos imaginado. El Paseo La Plaza nos recibió con princesas, pinochos, campesinas, etc... No señora, no hicimos un viaje al medioevo, ni estabamos bajo el efecto de sustancias alucinógenas, estabamos presenciando la desesperada sed de plata y de promoción de gente que probablemente hace un par de años tuvo objetivos y sueños como nosotras ahora, pero se vieron enfrentados con la cruda realidad, que los llevó a tal humillación. Recuerdos lejanos vienen a nuestra mente: La presencia de teletubbies en el trencito de la alegria; las simpatiquisimas empanadas de una conocida cadena de delivery, bailando muy alegres en la calle; las estatuas vivientes que pese a que los provoques, los rebajes o los insultes, persisten inmóviles; Barneys a la salida de colegios y shoppings vendiendo globos y soportando el calor de ese inconfundible traje violeta de dinosaurio homosexual (amamos a los gays, pero barney da puto y me la seca, como diría nuestra idola).
Luego de un pequeño paseo, decidimos que nos había vencido la paja y que necesitabamos la presencia del fiel aire acondicionado para devolverle frío a nuestras, de por sí, muy quemadas neuronas. Nos tomamos el colectivo y luego de pagar con 21 monedas el boleto de colectivo (seguimos esperando que se decidan a colocar de una puta vez la tarjeta electrónica en los bondis que frecuentamos), procedimos a sentarnos en los rotos asientos del transporte.
Una vez instaladas y apachurradas con el aire acondicionado a 23º (Cristina que la siga chupando), no se nos ocurrió mejor idea que empezar este desafío de... de... no se de que carajo, ya volvemos, nos vamos a fumar un pucho. Bueno, volvimos despues de una hora, trece minutos, 14 segundos y 7 cigarrillos fumados, nos rescatamos.
Luego de crear el blog, comimos como bulímicas con culpa, rompimos la licuadora, tomamos daikiris, tomamos más daikiris, cantamos, intentamos ver una pelicula pero nos agarró sueño, intentamos dormir pero nos ganaron las grandes interrogantes de la vida (grandes boludeces) pero que nos preocupan, y finalmente, decidimos ponernos a escribir, y luego fumarnos "un" pucho.
Principalmente, podemos llegar a la conclusión de que la vida es demasiado corta como para que haga tanto calor, porque con calor y sin pija (bueno sí, nos fuimos un poco de tono, pero no hay que ser negadora), la vida no tiene sentido.

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